jueves, 22 de diciembre de 2011

¡MATA A TU REY MAGO!


25 de diciembre: Nada que celebrar
           
            De nuevo otro año nos toca soportar una ejemplificación más del sistema de dominación: religión, familia, medios de comunicación, escuela y consumismo se alían una vez  más, con el aliño monárquico del discursito, dejando patente su función al servicio del Estado y el Capital. Todos los sufrimos pero, en especial, les niñes. La Iglesia, por depender su vida del engaño, manipula a la infancia con el ideal de la sociedad de consumo al convertirse la navidad en unas fechas de luces, compras y, por supuesto, regalos.
            Desde pequeñes nos inculcan el nacimiento del niño Jesús al que los reyes magos van a adorar por ser dios en la tierra, nos enseñan que si nos portamos mal los reyes no vendrán a traernos regalos. De ello se encarga principalmente la familia pero, por si acaso ésta falla, ya están las televisiones y el colegio para bombardear de propaganda cristiana: propagan a favor de la sumisión, la obediencia y, sobre todo, el miedo. La fiesta religiosa se quiere disfrazar de tradición ya asentada (como si hubiera caído del cielo y no implicara ideología ninguna) para justificar que una escuela pública en la que, en teoría, sólo se imparte religión como asignatura optativa se manifieste, al fin, como adoctrinadora: ¿Quién no dibujaba a los reyes magos de pequeñe? ¿A quién no le preguntaba le maestre por los regalos recibidos?
            Esto no sólo supone una burda forma de mantenerse tan propia de la secta cristiana, sino que es un atropello a todes aquelles que trabajan por criar a sus hijes en la libertad, el pensamiento crítico y en valores alejados del consumo propio del capitalismo que nos genera cada vez más necesidades innecesarias.
            Por ello, como Juventudes Anarquistas y,  por lo tanto, anticapitalistas, antiautoritarias y ateas, no queríamos dejar pasar estar fechas sin manifestar nuestro total rechazo a la institución eclesiástica (que al parecer tiene especial obsesión con les pequeñes), a la monarquía que aprovecha para caerle simpática a la gente y, en general, a toda la hipocresía propia de las Navidades que valora más las apariencias que a las personas. Constituye una pequeña parte más en la lucha que no hay que olvidar para recuperar nuestra vida y la de nuestres futures hijes.

Grupo Bandera Negra - F.I.J.A.

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